Mi alma se parte y no tengo miedo
vivir por una igual como se viven por dos...
¿Será una locura vestida de perdición?
La lujuria se viste de fiesta
cuando se encienden las luciérnagas erectas...
Cocuyos que encandecen
mientras una mano baja
y la otra la sostiene.
Sudor simple de tres
mezclado entre aromas de libido;
fragancias de dulces afrodisíacos
que embalsaman la desnudez.
¿Pecado?
No está escrito
¿Pecado?
Castíguenme, pero no me retiro.
Sigo diluyendo mis salivas en sus senos,
apretando mis puños... mientras me contengo.
No es fácil sentir sin respirar.
No es fácil mirar a las dos cabalgar
Una en mis labios,
la otra en mi sexo...
Ambas disfrutan
del deseo sin freno.
Y yo que me derrito
ante tanta excitación:
estallo como volcán
furioso de pasión.
Acabo extasiado,
pero con el pecho saciado.
Mis sábanas son cómplices
del secreto que mi habitación esconde...
Marco Aguirre
Diciembre 20, 2011
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