Si te besan...
y no sientes que te pierdes,
que no eres tú;
que cada pedacito de tu cuerpo
y no sientes que te pierdes,
que no eres tú;
que cada pedacito de tu cuerpo
reclama la llegada de esos labios,
de esa lengua
y hasta los dientes...
¡no fue un beso!
José Rodríguez Larez
*******
Si el instinto te llama a cerrar los ojos...
para iniciar un sueño,
no fue un beso, fue un momento en un espejo.
Si te besan...
Y no sientes que falleces,
que tu cuerpo desvanece
y te haces tan ligero
como un suspiro en el viento,
¡no fue un beso!
Quizás sólo la cuota inicial de algo pequeño.
Si te besan...
y la sangre no bulle caldeando tus venas,
si un hormigueo no te invade los brazos, tu sexo y las piernas;
Si te besan...
y tu corazón cual potro
reclama abrirse caminos en tu pecho;
Sí te besan...
y no sientes que te ahogas
mientras cada latido
cual tambor golpea;
mientras ese movimiento lento
en su humedad te quema
y tus pies sientes sutilmente elevar del suelo,
¡no es un beso!
Es el vano capricho
por saciar un deseo.
En cambio...,
Si se aviva tu sed
y te invita el beso de esos otros labios beber;
Si te pierdes como un niño
enredado en el aroma y calor
de ese otro ser,
habrás besado a quién siempre quisiste tener.
Hay ansiedad de un abrazo,
de intentar un roce más allá de esos labios.
Sí al recorrer tus ojos
estas líneas en blanco y negro
te provoca sin razón, simple emoción,
el llanto
al evocar la magia de aquel íntimo momento,
entenderás que hay silencios y distancias
que están para romperse con un beso.
Sólo…
Sólo tienes que quererlo.
Mayra Bevilacqua
Septiembre 16, 2012.
© Copyright 2012
All Rights Reserved
de esa lengua
y hasta los dientes...
¡no fue un beso!
José Rodríguez Larez
*******
Si el instinto te llama a cerrar los ojos...
para iniciar un sueño,
no fue un beso, fue un momento en un espejo.
Si te besan...
Y no sientes que falleces,
que tu cuerpo desvanece
y te haces tan ligero
como un suspiro en el viento,
¡no fue un beso!
Quizás sólo la cuota inicial de algo pequeño.
Si te besan...
y la sangre no bulle caldeando tus venas,
si un hormigueo no te invade los brazos, tu sexo y las piernas;
Si te besan...
y tu corazón cual potro
reclama abrirse caminos en tu pecho;
Sí te besan...
y no sientes que te ahogas
mientras cada latido
cual tambor golpea;
mientras ese movimiento lento
en su humedad te quema
y tus pies sientes sutilmente elevar del suelo,
¡no es un beso!
Es el vano capricho
por saciar un deseo.
En cambio...,
Si se aviva tu sed
y te invita el beso de esos otros labios beber;
Si te pierdes como un niño
enredado en el aroma y calor
de ese otro ser,
habrás besado a quién siempre quisiste tener.
Hay ansiedad de un abrazo,
de intentar un roce más allá de esos labios.
Sí al recorrer tus ojos
estas líneas en blanco y negro
te provoca sin razón, simple emoción,
el llanto
al evocar la magia de aquel íntimo momento,
entenderás que hay silencios y distancias
que están para romperse con un beso.
Sólo…
Sólo tienes que quererlo.
Mayra Bevilacqua
Septiembre 16, 2012.
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