Domino el dolor
sin respirar;
solo recuerdo
solo miro hacia atrás.
¿Ves en que me he convertido?
¡Torpe y esclavo de tu olvido!!!
Cuando vuelvas
-si algún día vuelves-
no me encontrarás.
Tal vez logres respirar
mi furia,
mi rabia
y mis lagrimas,
pero mi luz opaca
Iluminará
tal vez un vacío pozo de deseos
o un espacio descuidado de tu corazón.
Marco Aguirre
Enero 20, 2014
Derechos Reservados ©
Demorando el sueño,
alargando los minutos,
acelerando el paso
y el giro de la noche.
Llevo unos días
pensando,
recordando,
añorando,
llorando.
Cruel
el momento en que me acepto
derrotado y sin destino,
ofuscado como niño;
sin la pasión viva
nada alivia.
La sangre se ha vuelto lenta,
espesa,
y venenosa,
matando cada segundo feliz
cada ilusión y magia
que en la memoria
atesora...
tiempos
que han muerto.
Marco Aguirre
Enero 20, 2014
Derechos Reservados ©
Deja que mi alma llore
al ritmo de su tristeza;
deja que las lagrimas corran
vagabundas siamesas.
Lagrimas de pesar,
de nostalgia y sentimiento;
nada que se compare
a algún sentimiento:
Tristeza, obscuridad,
letanías encumbradas.
Entre mis manos se me pierde
la tranquilidad de mi alma.
Tu morada entrañable
se me hace laberintos,
tu perfume inquietante
se me pierde en el piso.
Marco Aguirre
Enero 20, 2014
Derechos Reservados ©
Labios gimiendo
por hambre y sed.
Cuerpo húmedo
al fragor de un deseo.
Tu boca arde
calmando mi infierno.
Misterio fogoso
al que sucumben tus dedos.
Mieles que escurren
y tu boca atrapa llena de avidez.
Me haces rocío sin ser madrugada.
Mi cuerpo llueve en torbellinos escarcha.
Ardores en el vientre pululan cual averno.
Espasmos que van y vienen sin querer…
Y el grito de un orgasmo
en temblores va menguando…
Mayra Bevilacqua
Octubre 20, 2013 / Enero 11, 2014
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Tengo tantos besos en la boca callando,
aguardando a que llegues
que cuando te los dé,
tu risa explotará de par en par.
El sol no iluminará.
La luna dormirá
Bastará que irradie la a luz de tus ojos
en medio de la oscuridad que nos cobijará.
Tengo tantas caricias reservadas en las manos
que cuando estén en contacto con tu espalda,
su calor te incendiará las ganas
por ser hoguera en mi piel,
dueño a tus anchas de mi cuerpo imperfecto.
Tan sólo… Ven…
Tengo tanto fuego siendo llamaradas
y cenizas en el vientre
esperando ser sofocadas,
que si me tocas,
terminaré siendo hoguera
que provocas a orillas de tu volcán en lavas.
Tengo tantas ganas represadas aguardando ser saciadas,
que cuando las haga sudor, sal,
tentativo dulzor en tu garganta,
desecharás la copa en la cual bebes tu champaña.
Ven a beberme toda
antes de morir presa en tu sangre
o entre el fogoso respirar de tus letras.
Tengo tanto grito ahogándose en el alma,
que no habrá orgasmo que tu beso me calle,
humedad que tu boca no pruebe,
calor que tus dedos no palpen.
No habrá temblor que tu cuerpo no cause
ni ángel que en el cielo
que un «¡Aleluya!» no cante.
Está escrito:
Voy a amarte
Mayra Bevilacqua
Agosto 30, 2013 / Enero 08, 2014
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