aguardando a que llegues
que cuando te los dé,
tu risa explotará de par en par.
El sol no iluminará.
La luna dormirá
Bastará que irradie la a luz de tus ojos
en medio de la oscuridad que nos cobijará.
Tengo tantas caricias reservadas en las manos
que cuando estén en contacto con tu espalda,
su calor te incendiará las ganas
por ser hoguera en mi piel,
dueño a tus anchas de mi cuerpo imperfecto.
Tan sólo… Ven…
Tengo tanto fuego siendo llamaradas
y cenizas en el vientre
esperando ser sofocadas,
que si me tocas,
terminaré siendo hoguera
que provocas a orillas de tu volcán en lavas.
Tengo tantas ganas represadas aguardando ser saciadas,
que cuando las haga sudor, sal,
tentativo dulzor en tu garganta,
desecharás la copa en la cual bebes tu champaña.
Ven a beberme toda
antes de morir presa en tu sangre
o entre el fogoso respirar de tus letras.
Tengo tanto grito ahogándose en el alma,
que no habrá orgasmo que tu beso me calle,
humedad que tu boca no pruebe,
calor que tus dedos no palpen.
No habrá temblor que tu cuerpo no cause
ni ángel que en el cielo
que un «¡Aleluya!» no cante.
Está escrito:
Voy a amarte
Mayra Bevilacqua
Agosto 30, 2013 / Enero 08, 2014
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