Demorando el sueño,
alargando los minutos,
acelerando el paso
y el giro de la noche.
Llevo unos días
pensando,
recordando,
añorando,
llorando.
Cruel
el momento en que me acepto
derrotado y sin destino,
ofuscado como niño;
sin la pasión viva
nada alivia.
La sangre se ha vuelto lenta,
espesa,
y venenosa,
matando cada segundo feliz
cada ilusión y magia
que en la memoria
atesora...
tiempos
que han muerto.
Marco Aguirre
Enero 20, 2014
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