Dibújame desnuda, limpia, transparente,
haciendo de tus dedos fino pincel
en el firmamento inmenso de tu cielo.
Desanda bocas con besos que lastimaron el corazón más que tus labios
hurgándome la sonrisa con suspiros y lengua sangrante...
La tuya... que habla de amores, fantasías…
a complacencias de otros,
pero, a solas, halando las horas impávidas de cada madrugada,
calla mordiendo su tristeza
para hundirla en silencio…
Compañía desagradable
... que te rodea a bocanadas
como el hoyo negro que a ratos respira profundo en tu cuello
cuando sientes miedo.
…Miedo de plasmar huellas sobre un sendero nuevo;
temor de dejar los cimientos polvorientos de un desamor
que se ha alargado en el tiempo.
Miedo a despuntar costumbres,
que en cualquier dilema de la matemática aplicada
es igual a comenzar de cero.
Conviértete en agua y salitre,
y, cual si fueres ola desbordada,
deja correr tus atribulaciones
sobre la arena de mi piel cálida, fragante, aterciopelada
que entre la firme masculinidad de tus manos se amalgama.
Hazme ese grito desesperado que te hace llagas la garganta...
Esboza incontables Te amo
que te tienen el alma presa
y seré aliciente que te calme las incertidumbres
que hacen semilla en cada pliegue de tu estómago latente;
bálsamo de tus carnes por la espera agrietadas.
Transfórmame en tu aposento,
en fuente viva de tu sentimiento;
sangre de tu sangre,
cordura y desatino;
pasividad y torbellino,
vertiente, savia afluente de tu cuerpo
que cada noche se enreda en la almohada
porque duerme su sueño incompleto:
ausente de caricias,
mudo de sonrisas blancas,
pero con los ojos perdidos
inundados de silencios
que en el reloj se hacen eternos.
Convierte mi pecho en tu cruz.
Ahí escucharé el lamento de alma consternada, confusa.
Conviérteme …oh, mi incomprendido amor,
en la perla negra que resguarda la luna.
Que se haga en mi la metamorfosis de la libélula…
y de la rosa purpúrea renazca el tallo sin espinas
Apodérate de estos carnosos labios de sabor dulce
y corazón sincero.
Desmárcate con ellos besos que sólo promesas fueron;
besos que se quedaron colgados
en las paredes descoloridas de un cuarto
como reflejos de un autorretrato borroso:
sin nombre… sin aromas ni rostros.
*****
El amor…
El amor no muere con el tiempo.
Sólo va en busca de caminos nuevos
para reinventarse… rejuvenecerse.
Sólo debes intuir cuando rendirte
y a sus pies complacido vencerte.
Mayra Bevilacqua
Diciembre 14, 2011.
© Copyright 2011
All Rights Reserved ®
haciendo de tus dedos fino pincel
en el firmamento inmenso de tu cielo.
Desanda bocas con besos que lastimaron el corazón más que tus labios
hurgándome la sonrisa con suspiros y lengua sangrante...
La tuya... que habla de amores, fantasías…
a complacencias de otros,
pero, a solas, halando las horas impávidas de cada madrugada,
calla mordiendo su tristeza
para hundirla en silencio…
Compañía desagradable
... que te rodea a bocanadas
como el hoyo negro que a ratos respira profundo en tu cuello
cuando sientes miedo.
…Miedo de plasmar huellas sobre un sendero nuevo;
temor de dejar los cimientos polvorientos de un desamor
que se ha alargado en el tiempo.
Miedo a despuntar costumbres,
que en cualquier dilema de la matemática aplicada
es igual a comenzar de cero.
Conviértete en agua y salitre,
y, cual si fueres ola desbordada,
deja correr tus atribulaciones
sobre la arena de mi piel cálida, fragante, aterciopelada
que entre la firme masculinidad de tus manos se amalgama.
Hazme ese grito desesperado que te hace llagas la garganta...
Esboza incontables Te amo
que te tienen el alma presa
y seré aliciente que te calme las incertidumbres
que hacen semilla en cada pliegue de tu estómago latente;
bálsamo de tus carnes por la espera agrietadas.
Transfórmame en tu aposento,
en fuente viva de tu sentimiento;
sangre de tu sangre,
cordura y desatino;
pasividad y torbellino,
vertiente, savia afluente de tu cuerpo
que cada noche se enreda en la almohada
porque duerme su sueño incompleto:
ausente de caricias,
mudo de sonrisas blancas,
pero con los ojos perdidos
inundados de silencios
que en el reloj se hacen eternos.
Convierte mi pecho en tu cruz.
Ahí escucharé el lamento de alma consternada, confusa.
Conviérteme …oh, mi incomprendido amor,
en la perla negra que resguarda la luna.
Que se haga en mi la metamorfosis de la libélula…
y de la rosa purpúrea renazca el tallo sin espinas
Apodérate de estos carnosos labios de sabor dulce
y corazón sincero.
Desmárcate con ellos besos que sólo promesas fueron;
besos que se quedaron colgados
en las paredes descoloridas de un cuarto
como reflejos de un autorretrato borroso:
sin nombre… sin aromas ni rostros.
*****
El amor…
El amor no muere con el tiempo.
Sólo va en busca de caminos nuevos
para reinventarse… rejuvenecerse.
Sólo debes intuir cuando rendirte
y a sus pies complacido vencerte.
Mayra Bevilacqua
Diciembre 14, 2011.
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