lunes, 12 de diciembre de 2011

Trazos de un «Quisiera»***

A veces quisiera ser hada diminuta
para meterme en tus pupilas
e indagar qué dolor es ese
que tu lágrima reprime de temblar en tu iris
y rodar cuesta abajo en tu mejilla.
Quisiera ser niña, muy niña...
Tal vez así pidiese sin vergüenza
tener tu abrazo a la vista de todos
y correr libre a esconderme en tu pecho
y en tus brazos.

Como brizna sutil humedecerte
tus silencios largos
que a ratos duelen
y saben amargos.

Quisiera ser corriente de agua dulce
para, cual si fueres el Cristo de mi cuello,
limpiarte las heridas punzantes de tu corazón fuerte, pero aún risueño.
¿Qué puede ser tan difícil... doloroso
para mantenerte ajeno de mi
y del brillo perdido de mi mirada?

Quisiera ser ese sueño con nombre de futuro.

Desearía que con sólo un beso
pudiese yo librarte de obligaciones culposas
y ataduras pasmosas.. asfixiantes.

Cierra los ojos…
Quizás sólo baste decretarlo.
Cierra los ojos...
sentirás mi beso tus labios acariciando
y mi aroma tu aire perfumando.

No puedo darte la luna….
Pues vive presa en tus ojos almendrados
y mirada de gato…
Desearía ser copa de vino añejado... Afrutado
y embriagarte con el alma antes que con mi cuerpo...

Quisiera, príncipe de mi historia incompleta,
-tu voz, tu risa y tu cuerpo con tu sol entero faltan en ella-
gritar a los cuatro vientos este 'te amo',
que como a ti,
no me cabe ya en el pecho.
Ven...
Ven a secarme este llanto tenue con tus besos
y hacerme compañía con tu abrazo
hasta que el alba se enlace con la tarde
haciendo el amor a orillas del ocaso,
transformando de este sentimiento:
amor, dulzura, ternura, pasión y brillo,
una verdad galopante
Que nadie..,
Ni siquiera Dios.., calle.

Te amo.

Mayra Bevilacqua
Diciembre 10-11, 2011

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