te sentí llegar antes de brillar la aurora ..., de madrugada,
con los ojos inmensos
-en los que destellaban notas de dulce amor y profundo deseo-,
con la boca ansiosa, sedienta de mí
y las manos... Las manos apretadas.
-«Traigo estas manos plegadas de caricias guardadas,
añejadas en mi sangre como el color del vino tinto.
Deseo verterlas en tí,
mi dulce niña amada,
en el aroma de tu piel que embruja,
en tu cuerpo que sé que es tan mío..
Anhelo regarlas en tí
como si yo fuere un río crecido.
En mi boca tengo presos
miles de besos apiñados, encendidos;
quiero quemarlos junto al fuego de tus labios,
esos mismos por mí tan deseosamente añorados.
Permíteme, mi dulce niña de corazón tierno,
ser llama que se funda entre tus brazos...
Socórreme antes que otra,
por la que mi corazón dice
no sentir ya nada,
me arrope en su regazo,
y yo caiga en su maraña borracho de mentiras.
No quiero mancharte
ensuciando tu presencia viva en mi vida y mis recuerdos.
Ésta vida -ya no sólo mía- que con tu voz
-y a mis oídos sedujo-
has llenado desde antaño
con bellos cantos, sentires y poesía dulce, ardiente,
que me hace nudos las ganas,
me ahoga la garganta
y me hace apretar los puños y los dientes.
Vengo a vaciarme en ti
de caricias y te amo para siempre.
Eres, mi hermosa diosa,
la energía de este corazón latente.
Permíteme beber del elixir
que guardas para mí
en tus senos y en tu exquisito vientre.
Yo, dulce tesoro, amante mía
He de amarte... Venerarte y protegerte eternamente»
Abrió los ojos el alba
y un nuevo día en mi lecho bostezó.
¿Qué había pasado?
Sólo la estela breve de tu perfume caro sobre mi almohada quedó.
¿Me hablaste al oído, pero tu voz no me despertó?
Aquí estoy….
Con el recuerdo de un sueño
que en mi pernoctó
y entre mis sábanas sólo una ilusión se ancló…
¿Será tu amor tan persistente
como este latido de esperanza
que me golpea por dentro?
¿Qué fue este dejo de ensueño?
¿Premonición?
Mayra Bevilacqua
Domingo, Diciembre 18, 2011
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