domingo, 16 de octubre de 2011

Memorandum de una Confesión•••

Mi Estimado Señor:

¿No ha notado Ud. que mi ojos se pierden en el rictus
de sus labios al llenarse la aurora
con los «buenos días» que profundo recita su voz?

¿No me ha notado temblorosa, inquieta,
si apenas a mí se acerca?

Hoy… por lealtad a mí y al corazón…
Hoy debo yo hacerle llegar mi confesión:

Hoy, señor, deseo hacerle el amor.
Hacerlo titubear ante el intento tramado de una caricia,
morderle los labios entre beso y beso
que dejó Ud. en mi boca agonizando.

Deseo hacer mía su rectitud
más allá de sus tan trilladas reglas.

Deseo enrumbar mis manos
hacia la latitud sur que guarda,
que esconde su gabardina,
de mis miradas lascivas…
Enfilarme hacia el centro de su cuerpo
y con leves rasguños,
respiros lentos, lánguidos,
endulzar las laderas de su oído
y despacio despertar el hambre de su sexo.

No busco adherir mi nombre a la alcurnia de su apellido.
De los latidos de su corazón quiero ser dueña,
de cada suspiro que su voz apaga
en esas horas vanas que entre papeles su sentir se escurre
y hasta el sueño pierde en su madrugada.

Haga de mí pecho y cuerpo entero
receptor de su deseo,
fantasías y sabores que le apetezcan
para que siembre vida nueva
en el abono de esta tierra fértil.

Conviértame en jardín y lléneme de pétalos.
Conviértame en su copa y beba de mi piel
sudores, humedales…

Haga suya mi timidez,
mi pudor de niña,
mi fuerza de mujer
que me germina desde el vientre
y por momentos…
me hace arder.

Transforme Ud. mi vaivén en fuete…

Ansíeme como la cafeína que duerme en su taza de café.

Repase con su boca
ese lunar al lado izquierdo de mi espalda
oculto por mi mínima ropa interior …

Ámeme…
Ámeme sin pensar en lastimarme.
Sólo soy una mujer.

Ámeme…. No importa la hora….
Menos si es después de las seis.
Ámeme en la tenue luz de su oficina,
sobre su escritorio o simplemente contra la pared.

Sin testigos….
Sin detractores.
Sin aquéllos que opinan
sin siquiera sentir realmente qué es querer
****
Se hace tarde…
Obscurece.
En un rato me marcharé
Este memorándum está llegando al momento
de ponerle punto y fin.

Espero lo lea…
y cumpla a cabalidad lo que él expresa.

Ya mañana al dar los «Buenos Días»,
de amarme Ud...,
su mirada me lo dirá con certeza
antes que haya otro «Rendez-Vous»
con la Gerencia.

Firma: Alguien que a diario le deja chocolate
y un café…

Mayra Bevilacqua
Sábado, Octubre 15, 2011

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