De la flor, la espina...
Amante, digna de respeto,
asombras...
Amor, quédate esta noche.
El silencio no rompas.
Ámame en secreto;
apriétame en tu pecho.
No dejes que el perfume
de tu pétalo se esfume.
Terciopelo,
rosa indignante,
he conocido el pistilo de tu censura,
el placer y la ternura.
He sangrado... Herido
Tus espinas he sentido:
hirientes, cortantes.
Hipnotica tortura delirante.
Dolor y amor se mezclan en tu tallo.
Dolor y amor
se funden en mis manos.
Marco Aguirre
Octubre 20, 2011
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