domingo, 9 de octubre de 2011

Me he convertido casi en un susurro de desesperación nocturna.
Me cuesta tanto no pensar en tí
que prefiero cerrar los ojos
y dibujar tu silueta con mis dedos.
Imaginarme tu compañía, aunque tu cuerpo no sea mío;
meterme en tus pensamientos más prohibidos 
y desnudar tus placeres y delirios.


Conjuga mis fantasmas con el verbo oportunidad ilusionada. 
Resbalan las lágrimas azules al recordar las historias inconclusas.
Inconclusas por el tiempo sombrio,
Quizás esa vez la palabra hizo falta...

Hoy no me guardaré letras de vértigo,
tampoco los versos que a borbotones se derraman por mi garganta. 


Quiéreme contra todo riesgo, 
ámame más allá de las palabras... 
Tal vez al final del precipicio encontremos un jardín del Edén
o las espinas marchitas de una rosa que aún sigue viva.


Marco Aguirre
Octubre 09, 2011
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