Quédate conmigo***

Entre susurros envueltos en la brisa, 
el deseo flota como suspiro que se evoca.
Una petición a la vera de la luna 
que hoy no alumbra, pero a cada estrella se aferra:

          I
Quédate conmigo,
aunque tu noche de mí se esconda.
Mis labios a besarte no se negarán.

Quédate conmigo, alma errante;
corazón soñador y pendenciero
así algún lucero envidioso,
alguna musa celosa..., de llanto se ahogue.

Enrédate conmigo como suspiros vagos
en una noche de almas desiertas.

Abrígame entre tules,
pieles y sudores.
Yo perfumaré tu boca
de almizcle y de dulces mieles.

Lluéveme en la piel con tus mimos
y caricias largas, lentas.

Cierra tus ojos…
Haz un bosquejo de mi cuerpo a ciegas,
cual invidente pintor.
que con su imaginación y sus dedos
juegan a hacer el amor.

Cierra los ojos….
Siente.
Regálame tu ensoñación.

         II
Quédate conmigo…
El mes de Junio llegará de nuevo
y en el conteo de sus días,
queriendo vernos de la mano
comenzará a extrañarnos
y a desencadenar elegías
y desconsoladas melodías.

Ven…
Tómame la mano.
Déjate arrastrar hasta mi lecho.
En esta habitación
que sólo el reflejo de la luna alumbra
flotan sueños rasgados,
que en una tentativa larga que le da la espera
vengas de ellos a hacerte dueño.

Ven….
¿Cómo despojarte de tus miedos?
Dame licencia…
Yo sabré qué hacer con ellos
¿Cómo creer cierto el sentimiento?
Háblame sin temor de lo que calla tu pecho
y en tu espalda como garfio punzante encalla
Desnuda tu alma
Es imposible apagar el sol cuando se ama.

Ven…
Quédate conmigo.
Quédate esta noche.
Atrévete a amanecer con el sol preso en la mirada,
la sonrisa renovada
y con palabras nuevas escritas en el alma.

Mayra Bevilacqua
Mayo 26, 2012 / Junio 02, 2012

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