Pienso
y derrumbo cada muro que me separa de la realidad.
Respiro
y consumo con cada inhalación
el perfido sentimiento de apoyo que ofreciste.
Miro
y al abrir los ojos descubro que nada es como me lo mostraron
y nada es como se pinta ahora.
Actúo
con la contundencia de un martillo
derribando las mentiras que embriagan
y las máscaras de sonrisas Judistas
que han convertido
el camino
el cielo y el mar
en una antología de sueños utópicos,
sépticos y engangrenados.
Marco Aguirre.
Junio 04, 2012
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