La penumbra de esta madrugada
fría, áspera,
me trae recuerdos de su piel:
dolida, llena de heridas,
pero tan mía.
Hoy duermo a solas con una sombra
y siluetas de una noche que no llega,
de unas ganas que a él no alcanzan
en el minúsculo espacio
de mi cama vacía
¿Él?
Él me sueña a oscuras,
Sueña que me ama
y mi cuerpo venera
como virgen pagana.
Respiro su nombre
junto a su silencio.
Me tocan sus latidos,
escucho la mudez de sus lamentos
que a golpes
en su soledad cada luna esconde.
¿Él?
Crea odas en las que me tatúa
como deidad a su pecho adherida.
Su pluma es el sentimiento y su papiro mi espalda
Pinta en acuarelas los matices pasteles de mi alma,
y de mi sangre saborea el fragor.
Me ama con fervor como Virgen Pagana.
Busca mi calor;
Busca mi olor sobre su almohada
y su mano de memoria
hurga tanteando bajo las sábanas.
¿Él?
Él me desea;
anhela mi voz acunada a su oído con todas sus melodías.
Guarda en sus manos el contorno de mi pecho abultado.
En su olfato lleva preso mi olor
entre jazmines, caramelo, vainilla y nardos.
Me mira… y lo oculta.
Me recuerda y en pensamientos conmigo se enreda
Me admira …y lo que siente de los demás lo calla.
Me piensa… Me hace suya
y en sus fantasías a la medianoche
me arrastra hasta su lecho
y con caricias me exalta
como virgen pagana.
Mayra Bevilacqua
Julio 15-21, 2012
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