domingo, 28 de septiembre de 2014

Déjate querer...

Entretejiendo cantidad de palabras
mensajes ocultos
y vivas pasiones.

Coloreo tu inanimada imagen
alterados pensamientos
y corazón frívolo, volátil.

¿Por qué cambiaste?

Dejaste de amar para sumergirte en el margen de la lógica,
para hacerte de hierro entre miles de razones
incompresible muchas veces,
¡orgullo nefastoide!

¿Quién te hizo así?

¡Pude haber sido yo!,
entre mis cuantiosos errores
orgullos y sin sabores
que labran la piedra entre lagrimas
y enojos.

¿Acaso nunca amaste?
¿Será que nunca deseaste?

Tal vez esa fiera de amor
solo era una imagen puesta
y moldeada
cual «photoshop».

¡Perdiste la pasión!;
aún cuando
entre desnudos corporales
te he mostrado lo que siento;
entre desnudos y rosales
que el mundo ya no usa
desnudo de mi alma
desnudos de gladiolas.

¿Por qué no te dejas querer
así como lo hacías antes?

Qué te impide volcar tus pasiones mortales.
Qué te impide besarme entre noches interminables
como lo hacías siempre,
antes de dejar de tocarte.

¿Qué te ha pasado?

Pusiste un muro en lugar de tus senos
Pusiste acero en vez de tu sexo.
Ya no calientas
ni siquiera lo que pienso.

Vuelve a ser esa musa desinhibida,
la que con locuras encendía mis letras perdidas,
la que al atardecer jugaba con promesas
entre aguas de delirios y deseos de poeta...

Vuelve a ser la musa
que en la oscuridad
guiaba mis letras.

¡Déjate querer!

Marco Aguirre.

Agosto,19, 2014
Derechos Reservados.

No hay comentarios.: