entre sombras hoy pronuncio la oración de mi desvelo.
Nútreme con tu paciencia, inúndame con la esperanza.
Hoy me siento solo, victima de la añoranza.
Elévame el alma al firmamento, elévame las pasiones desbordadas
Permíteme no dormir sólo esta noche, llévame al lecho de mi adorada.
Haz que al cerrar sus ojos, se manifiesten estrellas pinceladas
que guíen el camino de mi corazón hasta el azul eterno de su morada.
Ángel desconocido dueño de los deseos
Permíteme ser amo y confidente de sus secretos;
aquéllos que canta en poemas hasta el cielo,
que entre frases y versos
se cuelan por mis retinas, acelerando mi corazón
animando mis pensamientos.
Ángel, tú, quien mira desde arriba,
dale inspiración, no le des agonía...
Es el momento en el que me reciba en su lecho
con su luto escarlata y sus lagrimas de incienso.
Déjanos caer en la tentación de lo divino.
Déjanos arroparnos con lo sublime del delirio.
Ángel nocturno, con tu suave brisa tenebrosa
inunda su cuerpo de mis caricias misteriosas.
Abrígala con la fragancia lo bendito;
impregna su alcoba con lo prohibido.
Haz que la magia se transforme en gemidos.
Ángel Nocturno, caballero de la nada,
Hada de luces o dama alada,
te invoco cuantas veces sea necesario
hasta que este sueño de amor se haya consumado.
Marco Aguirre
No hay comentarios.:
Publicar un comentario