mi visión se enfocaba
dividiendo mi atención
entre tu senos y tu espalda.
Tus piernas terciopelo
ante mis manos se contorneaban;
no dejaba ni un segundo de mirar
tu desnudez sagrada.
¿Pornografía o morbo?
No me importa lo que pienses,
pero, negarme a probar de tu cuerpo
el elixir, no me da cabida.
Cierra los ojos
y abre tu mente.
Déjame posarme
sobre tu sexo;
déjame verte tan desnuda
tan libre,
tan limpia,
tan sublime.
Que mis manos y mi saliva
hagan lo mismo que hace
la abeja con el polen de las flores.
Lo mismo que hacen
los peces con el agua....
Marco Aguirre
Enero, 04, 2012
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