De tus labios he probado, he bebido y besado.
De tus ojos he mirado, he vivido y he llorado.
Al al respirar percibo el rocío enajenado
del deseo furibundo de tus senos embriagados,
embriagados de lujuria,
de salivas y perfumes,
que reclaman mi lengua
sumergida en tus pasiones:
dulces aromas
de festivas erecciones.
Marco Aguirre
Octubre 03, 2013
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