y cada vez que respires poder rozarte la boca.
Ser espalda desnuda para tus huellas y manos hambrientas.
Ardiente tequila para tu sed,
sal para tus labios de dulce embeleso y miel
que versando historias
plasmas sentires sobre el papel
a sangre y piel.
La lluvia cae en diminutivos
y sueño ser rocío que te toque la frente,
viento que te despeine;
tifón que te alborote el pensamiento,
aún si estoy yo lejos;
arcoíris para abrirme a horcadas sobre ti,
y cimbrada
verte sonreír.
Tengo ganas de ser guitarra
para que me toques con toda tu alma.
Ser cigarrillo caro…
Y mientras me posas cual boquilla entre los dedos
me cuentes en bocanadas todos tus secretos.
¡Cuánto deseo ser cristal
para escuchar lo que le cuentas al espejo!
Tengo ganas de ser agua cálida
para recorrer tu cuerpo como caudal de río
y entibiarte el alma.
Ser ese sueño nocturno,
recurrente
que te sacude en fiebre.
Tengo ganas de ser ese trago
de ginebra y limón
que te empape los sentidos
al punto de una borrachera
que provoque vacaciones a tu cordura
y mande a dormir a la razón.
¿Has vuelto a nombrarme en el delirio?
¿Has vuelto en tus noches a poseerme?
¿Te siguen visitando mariposas celestes
esperando posarse en mis protuberancias
y en vientre?
¿O tu boca otro nombre hoy reclama?
¿O es otra la dueña de ese sueño
que se inició un febrero
cuando mis ojos y los tuyos
se dijeron «Te Quiero?
Mayra Bevilacqua
Noviembre 24-25, 2012
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