Pieles se caldean,
sudores que se imantan…
Ojos se miran sin ser a la vista de otros conocidos.
Tu boca me llama…
con angustia,
con ganas,
con hambre que no acaba.
Tu boca me llama
en un beso distinto
de placer infinito.
Pretendemos ser desconocidos
y jugamos a redescubrirnos
en un mundo en el que sólo tú y yo coincidimos
sin detractores,
sin inquisidores
y sin juicios.
Fingimos.
Guardamos silencios,
Repetimos realidades
que una y otra vez nos regalamos.
Huimos…
Huimos hacia aquello que nos mantiene vivos:
Una nota en la ventana de un «Te necesito conmigo»
Un café a sorbos degustado
y entre trago y trago digiero tus ojos grandes, vivos.
Una oda hilada tras una copa de vino.
I
Escondidos, cual exilio
Mi cuerpo reclama tu fluidez en llamas
Tu sexo despierta al desnudar al alba.
Mi alimento… Tu carne….
Tu bebida… Mi sangre
La noche enceguece.
No suelta palabra.
Selena se oculta
y hasta Eolo calla .
Labios húmedos,´
pudores desvanecidos
bajo un recital de sensaciones
meciéndose como olas por dentro.
II
Fugitivos…
Nos arropa el deseo
y en la aurora
al caldearse su falda
se abre un «TE AMO»
en un abanico de apetitos
bordados de encajes blancos.
Fugitivos somos….
entre lo real, lo profano,
lo humano y lo divino.
Mayra Bevilacqua
Agosto 15 / 26, 2012
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