Sueño con arrinconarte contra un muro
y en un lento juego de seducción
desarmarte con mis besos,
que a galopes bravíos
me gritan perderse en los claustros de tu boca.
Te quiero inquieto, tentado,
con tu sudor salobre
deslizándose a cántaros en las palmas de tus manos.
Te sueño ansioso...,
nervioso ante el calor de mi cuerpo.
Te anhelo rendido..,
con tus manos temblorosas adueñándote del aroma de mis senos.
Te deseo impaciente ante el ardor de mi vientre,
pidiéndome clemencia
por querer saborear la viscosidad tentadora que,
cual maná, fluye de mi fuente.
Quiero arrinconarte
y hacerte un jovenzuelo indefenso
frente a mi insinuación de poseerte.
Deseo asaltar los secretos
que celosamente oculta de otras miradas
tu pantalón de gerente y señor.
Muero verte agitado,
con cada latido increscendo,
poco a poco el pulso acelerado.
Que el silencio sólo se rompa con la armonía de tu voz
hilando mi nombre en el aire
entre un gemido mío
y un suspiro tuyo,
mientras bebo del elixir
que se destapa como volcán desde el sur de tu cuerpo.
Te quiero hechizado ante la suavidad de mi piel de porcelana.
Te quiero ebrio ante el aroma excitante de mi sexo.
Mis piernas se abren como capullo para invitarte a pasearme por dentro.
Sé corsario y navega mi mar inmenso.
Sé guerrero...
y ve en pos de un orgasmo
que calle a los querubines en el cielo
y rompa el celofán
de los linderos que limitan el firmamento intenso.
Que nuestros cuerpos, al final de tal erótica travesía,
caigan vencidos de amor,
temblor, calor y maravillas...
mirándome tú... Adorándote yo.
Te amo.
Mayra Bevilacqua
Marzo 14, 2012
© Copyright 2012
All Rights Reserved
y en un lento juego de seducción
desarmarte con mis besos,
que a galopes bravíos
me gritan perderse en los claustros de tu boca.
Te quiero inquieto, tentado,
con tu sudor salobre
deslizándose a cántaros en las palmas de tus manos.
Te sueño ansioso...,
nervioso ante el calor de mi cuerpo.
Te anhelo rendido..,
con tus manos temblorosas adueñándote del aroma de mis senos.
Te deseo impaciente ante el ardor de mi vientre,
pidiéndome clemencia
por querer saborear la viscosidad tentadora que,
cual maná, fluye de mi fuente.
Quiero arrinconarte
y hacerte un jovenzuelo indefenso
frente a mi insinuación de poseerte.
Deseo asaltar los secretos
que celosamente oculta de otras miradas
tu pantalón de gerente y señor.
Muero verte agitado,
con cada latido increscendo,
poco a poco el pulso acelerado.
Que el silencio sólo se rompa con la armonía de tu voz
hilando mi nombre en el aire
entre un gemido mío
y un suspiro tuyo,
mientras bebo del elixir
que se destapa como volcán desde el sur de tu cuerpo.
Te quiero hechizado ante la suavidad de mi piel de porcelana.
Te quiero ebrio ante el aroma excitante de mi sexo.
Mis piernas se abren como capullo para invitarte a pasearme por dentro.
Sé corsario y navega mi mar inmenso.
Sé guerrero...
y ve en pos de un orgasmo
que calle a los querubines en el cielo
y rompa el celofán
de los linderos que limitan el firmamento intenso.
Que nuestros cuerpos, al final de tal erótica travesía,
caigan vencidos de amor,
temblor, calor y maravillas...
mirándome tú... Adorándote yo.
Te amo.
Mayra Bevilacqua
Marzo 14, 2012
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