Se me apaga la llama,
se me esfuma la musa;
encontrarse con la nada
con el limbo sin sutura
con aquel presentimiento
de extraños argumentos,
de silencios interminables
y palabras que callan verdades.
¡¡Calamidad!!
Intrigas que desangran
las lagrimas truncadas
y el corazón en lamento
solo se esconde
en sitio secreto,
sin luz,
con sombra
obscuridad
que no asombra
ni asusta
pero incomoda.
Silencio y venganza,
pasado que se arrastra
como cruz fresca
dobla tu espalda y te cansa.
Culpable de tus penas,
tal vez de tus desamores,
de acuerdo a tus tristezas
y hasta de tus temores.
Entre tus risas,
compañías libidas,
amantes de letras,
y de cuentos
de poeta
con lujuria en ojo ajeno;
ahi donde señala tu dedo
en el centro de mi pecho...
¡Te escondes!
Marco Aguirre
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